Diario
de Risaralda.
Un actor político al servicio de un nuevo departamento en Colombia (1965-1967)
Diario de Risaralda. A political participant at the service of a new
Province in Colombia (1965-1967)
Anderson Paul Gil Pérez[1]
http://orcid.org/0000-0002-9741-4220
Jhon Jaime Correa Ramírez[2]
http://orcid.org/0000-0002-1741-6534
RESUMEN: La creación
del Departamento de Risaralda fue el resultado de una campaña de movilización
desarrollada por las élites políticas y económicas de la ciudad de Pereira
entre 1965 y 1967. El artículo examina el surgimiento de una empresa
periodística llamada Diario de Risaralda
que tuvo como objetivo apoyar la legitimación de la idea del nuevo departamento
durante la coyuntura separatista. Se acude al método histórico para revisar el
contexto y la participación del Diario de
Risaralda en la campaña de fragmentación regional. Para concluir que el
periódico se erigió como un actor político que a través del discurso
periodístico orientó a la opinión pública sobre la importancia de crear el
nuevo departamento de Risaralda; a su vez, permite entender parcialmente el papel
desempeñado por los medios de comunicación en este proceso político-social.
PALABRAS CLAVE: Prensa;
Propaganda; política; región; Risaralda
KEYWORDS: Press; propaganda;
politics; region; Risaralda.
¡Bienvenidos Colombianos! Pereira la capital
cívica de Colombia y ahora capital del departamento de Risaralda es desde este
lunes el sitio donde empiezan a dirigirse las miradas de todos los
compatriotas. Quizás en su fuero interno envidiando estar presentes en los
actos que desde las 12:00 de la noche del 31 de enero empiezan a celebrasen
[sic], y sintiéndose un poco menos, que los que sí han empezado a desplazarse a
esta ciudad privilegiada de la patria. Pereira, quienes habitan, en este,
nuestro país, saben que Pereira es el producto de la pujanza de una raza
indómita, de la voluntad inquebrantable de patricios de ayer y dirigentes de
hoy, que no se han arredrado ante nada. Por ello, quien no ha visitado a
Pereira se esfuerza por hacerlo algún día, y quién por vez primera llega, se
siente encantando, deseoso de vincularse a ella, y ahora mucho más, cuando
comenzará la verdadera transformación, el cumplimiento de solemnes promesas
tendientes a hacer de Risaralda el departamento piloto de Colombia.
Orlando Cataño Céspedes
(01 de Febrero de 1967).[4]
Introducción
Las palabras de Orlando
Cataño Céspedes en la mañana del primero de febrero de 1967 en su programa
radial Reportaje a la ciudad dan cuenta de la alegría colectiva que se vivió en
la ciudad de Pereira y en los municipios cercanos por la creación del
Departamento de Risaralda. Fue la celebración de la culminación exitosa de una
empresa política que inició labores tres años atrás. Palabras como compatriotas, libertad, pujanza, raza,
patricios, etcétera, circularon de manera incesante en la opinión pública
de Pereira y sus municipios aledaños. En diciembre de 1966, Carlos Lleras
Restrepo, presidente de Colombia, había sancionado la Ley 70 con la cual se
creó y organizó el Departamento de Risaralda; la firma presidencial dio por
terminada una etapa agitada y convulsa para la región, que inició en 1965
cuando los líderes de Armenia pidieron la separación del Departamento de Caldas
y la creación del Departamento del Quindío, y unos meses después, cuando los
representantes políticos de Pereira hicieron igual solicitud al Congreso de la
República con la intención de crear el Departamento de Risaralda (López, 2009,
2011; López y Correa, 2012). La creación del Departamento del Quindío tuvo
razones históricas que lo fundamentaron. Desde los años 30 los habitantes de
Armenia y los municipios aledaños fueron explorando la posibilidad de tener un
departamento propio. Dentro de los proyectos debatidos ante la opinión pública
estuvo la creación del departamento del Quindío con la capital en Pereira para
que fueran incluidos los municipios colindantes con Armenia y Pereira, esto es
el occidente y el sur del Gran Caldas. Cada vez que la posibilidad se avizoró
con más fuerza ocurrieron divisiones que no permitieron concretar el propósito,
como lo fue la división entre las ciudades de Armenia y Pereira, porque sus
dirigentes no quisieron pasar de la administración de Manizales a la
subordinación frente a otra ciudad; y es que en efecto, la independencia
administrativa y política fue el gran objetivo en ambas urbes durante un largo
tramo de la primera mitad del siglo XX (López y Correa, 2012).[5] El proceso
separatista en Armenia que condujo a la creación del Departamento de Quindío
comenzó a mediados de 1965 y se concretó con la aprobación en el Congreso de la
República el 19 de enero de 1966; seis meses después, el 1 de julio inició
labores administrativas (López, 2009; Sepúlveda, 1997).
En el caso
del proceso de separación de Pereira y la creación del Departamento de Risaralda,
es clave resaltar la forma estratégica como los líderes políticos y
empresariales aprovecharon la coyuntura que se generó en el nivel parlamentario
con la creación del Departamento del Quindío para presentar su propio proyecto
de departamento (Montoya, 2012, 2017). En Agosto de 1965 se creó la Junta
Pro-Risaralda pero en su momento no tuvo tanta resonancia porque los políticos
caldenses estaban interesados en la creación del Departamento del Quindío, una
vez creado, la preocupación de los políticos de Manizales recayó sobre el tema
de Risaralda. Si bien a los líderes caldenses los tomó por sorpresa las
solicitudes de ambos territorios por configurarse de manera independiente,
enfocaron sus esfuerzos parlamentarios, políticos y propagandísticos, durante
1965 y la primera mitad de 1966, en evitar la creación del Departamento del
Quindío. En lo que respecta al caso del Departamento de Risaralda solo fue
hasta julio de 1966 cuando la dirigencia caldense se preocupó por el proceso
(Correa, Gil y López, 2016; López, 2011). Los meses que van de julio a
diciembre de 1966 fueron los de mayor tensión en la dinámica política. En la
opinión pública circularon las ideas en favor y en contra del nuevo
departamento. La prensa de ambas ciudades, Pereira y Manizales, aceptó la
competencia y publicaron editoriales, reportajes, columnas de opinión, etc.,
todas relacionadas con la viabilidad o no de crear un nuevo departamento. Los
medios de comunicación de Pereira intentaron mostrar las razones de distinta
índole con las que argumentaban su propósito: históricas, culturales,
administrativas, económicas y políticas. Entre tanto, los medios de Manizales
buscaron la forma de deslegitimar cada uno de los argumentos de la Junta
Pro-Risaralda (Gil, 2015: 48; Tascón, 2016: 26).
Por su parte,
la Junta Pro-Risaralda fue conformada en agosto de 1965 con Gonzalo Vallejo
Restrepo como presidente y Alberto Mesa Abadía como secretario; de ella también
formaron parte importantes líderes como Oscar Vélez Marulanda (Concejal
liberal), Ricardo Illián Botero (Junta del Centenario), Rafael Cuartas Gaviria
(Sociedad de Mejoras Públicas), Guillermo Jaramillo Arrubla (Cámara de
Comercio), Germán Calle Sánchez (Club Rotario), Fernando López Salazar (Ex
alcalde de Pereira y Club de Leones), Jacinto Illán (Fenalco), Alfonso Giraldo García (Cámara Junior), Pedro
Nel Mesa (Junta Fomento al Turismo), Gilberto Solórzano (Diriventas), Alberto
Illán Robledo (Acopi), Alfonso Jaramillo Orrego (El Diario), Leonor Botero (Sociedad Amigos del Arte), Bernardo
Ángel M. (Club Rialto), Jaime Botero
(Club Campestre), Manuel Uribe Uribe (Club de Comercio), Luis Guillermo
Velázquez (Diario de Risaralda),
Marco Luis Correa (Club Quirama), José Carlos Ángel (Junta Aeropuerto
Matecaña), Guillermo Ángel Ramírez (Empresario y líder cívico). Además contó
con el apoyo de los parlamentarios Camilo Mejía Duque (Liberal), Gabriela
Zuleta Álvarez (Liberal) y Jaime Salazar Robledo (Conservador) (Álzate, 1984;
Vallejo, 1992: 36). Su objetivo puntual fue “conquistar a los 20 municipios del
occidente de Caldas para con el apoyo de éstos conformar una nueva entidad
territorial, llamada Risaralda” (Soto, 2017: 32).
El presente
artículo se propone volver sobre este proceso político para escudriñar una
faceta hasta este momento apenas señalada: el papel de los medios de
comunicación y, en especial, de la prensa política local en la campaña de
fragmentación de Caldas y posterior creación del Departamento de Risaralda.
Para lo cual se efectúa el análisis desde el periódico Diario de Risaralda.
Esta investigación parte
de un problema historiográfico que se configura en la forma cómo se ha
estudiado la creación del Departamento de Risaralda, misma que hasta el momento
cuenta con dos enfoques:
En el
primero, oficialista, se encuentran obras como La Separación de la Mariposa Verde de Guillermo Álzate Fernández
(1984) y Así se creó Risaralda de
Gonzalo Vallejo Restrepo (1992), ambas son la representación épica del proceso
de separación del Viejo Caldas; en este enfoque los autores tienen una visión
que utiliza el mito de la Colonización Antioqueña y la fundación de la ciudad
de Pereira como la principal herramienta de construcción de la identidad
regional, en un esfuerzo progresivo por instalar en la memoria histórica
elementos retomados desde mediados del siglo XIX e instalados como construcción
discursiva para la separación regional.
Son obras que
afianzaron una estrategia discursiva con base en la victimización regional como
recurso para construir una identidad común, a partir de la crítica constante a
Manizales como ciudad que negó continuamente los recursos económicos para el
progreso de Pereira y los municipios del Occidente de Caldas. Así, por ejemplo,
el orden argumentativo en estas obras, con algunos matices, es el siguiente:
primero, Caldas fue una región heterogénea desde su creación en 1905 que no
logró consolidar los diferentes intereses locales de Armenia, Manizales y
Pereira; segundo, Manizales, como ciudad capital, y de manera específica su
clase dirigente, no buscó solucionar las necesidades de inversión de los
municipios del Occidente de Caldas, y en cambio, destinó la mayor parte de los
recursos para obras de infraestructura y desarrollo propias y del Norte de
Caldas; y tercero, la separación de Caldas fue entonces una lucha heroica por
la independencia de un pueblo, Pereira, y los municipios de su área de
influencia, que durante más de cincuenta años vieron limitadas sus libertades y
tuvieron que postergar sus esperanzas de progreso y desarrollo. De estos tres
argumentos se desprenden otros análisis pero en términos generales denotan el
sentido historiográfico de cómo se observó el proceso separatista.
En el segundo enfoque, crítico, aparecen obras como Estado, política y gremios en la creación de Risaralda de Jahír Rodríguez y Oscar Arango
(1988); Caldas: cómo se formó, cómo
se fragmentó. Élites regionales y toma de decisiones de Jaime Sepúlveda
(1998); Configuración, tensiones y fragmentación del viejo
caldas: el caso de Risaralda, un estudio sociológico procesual de Jairo López (2009); y El papel de los dirigentes empresariales en
la creación de Risaralda de
Jaime Montoya Ferrer (2012),
los cuatro estudios se plantean elementos que
problematizan el proceso de creación del departamento, porque demuestran que
los intereses políticos y económicos primaron sobre las supuestas acciones
altruistas y filantrópicas de la clase dirigente local que buscaba aumentar sus
espacios de dominio político-electoral y presupuestal.
El análisis se sostiene sobre otro orden lógico, a saber:
primero, la creación del departamento de Caldas a comienzos del siglo XX fue
producto de las necesidades del gobierno nacional por establecer un equilibrio
político y militar entre los departamentos de Antioquia y Cauca para poner
punto final a los fantasmas dejados por las guerras civiles del siglo XIX;
segundo, Caldas como una nueva región enfrentó dificultades para controlar los
grupos de poder en su interior, en especial porque las élites de Pereira y
Armenia agenciaron el proceso de modernización de sus ciudades con mediaciones
como el civismo que convocó a los ciudadanos a invertir recursos (económicos,
humanos y simbólicos) en el desarrollo de las ciudades, evitando el trato
directo con la ciudad capital, Manizales; tercero, la separación de Caldas y
creación del nuevo departamento de Risaralda fue posible porque se sumaron los
intereses de la dirigencia local, con la representación parlamentaria y el
apoyo de los sectores económicos (comerciantes e industriales); cuarto, los
argumentos técnicos (discusión centralización versus descentralización) para el
análisis de la conformación territorial del nuevo departamento fueron el
sustento inicial de la separación y estuvieron presentes en las discusiones en
concejos municipales y Congreso de la República; y quinto, el reparto de los
municipios que conformaron Risaralda y que se quedaron con Caldas se debió a
motivos políticos electorales y no geográficos, de identidad o pertinencia.[6]
En este enfoque crítico, los estudios señalan que los
medios de comunicación tuvieron un lugar protagónico en la campaña de creación
del Departamento de Risaralda (López, 2009, 2011; Rodríguez, 2006; Rodríguez y
Arango, 1988), no obstante, en ninguno de los casos ahondaron en una problematización
de este eje de análisis a partir de información empírica. De esta manera,
propiciaron un horizonte historiográfico que pretendemos analizar en este
artículo, alrededor de las siguientes preguntas: ¿cómo participó la prensa en
la creación del Departamento de Risaralda?, ¿cuál fue el papel del periódico Diario de Risaralda en este proceso
histórico y político? Nuestra hipótesis es que Diario de Risaralda fue creado con el objetivo de convertirse en el
principal vocero legitimador del nuevo departamento y con las características
de su cobertura informativa fue más allá de órgano noticioso hasta fungir como
un “actor político” en la esfera pública regional.
Por lo tanto,
nos enmarcamos en la historia de la prensa, donde el periódico puede ser tomado
como fuente para analizar un proceso histórico determinado pero asimismo se le
puede mirar como objeto de investigación para comprender cómo la prensa se
articula con los entramados históricos de cada momento, con las dinámicas del
poder político y con los modelos comunicativos (Del Palacio, 2006, 2010, 2015).[7] La
perspectiva de la historia cultural de la política se privilegia como enfoque
que problematiza la información para decantar elementos simbólicos que le dan
sentido a la dinámica política (Canal y Luzón, 2009), donde la prensa aparece
como dispositivo predilecto para encontrar los matices del discurso –el
lenguaje de lo– político (Fernández, 2009).
Tonalidades y
mixturas que a través del lenguaje político enriquecen la representación
historiográfica que se hace de los procesos sociales y de temas tan amplios
como el interés por movilizar la sociedad a partir de la circulación de ideas;
la configuración ideológica de los discursos pronunciados (impresos); el
contenido semántico, y a la vez, estratégico que se escenifica en cada página
con el uso de titulares, palabras en cursivas, negrillas, mayúsculas
sostenidas; la disposiciones de las imágenes con sus diferentes tamaños y
colores; las sátiras de las caricaturas políticas, etcétera (Gil, 2018;
Hernández, 2017).
Asimismo,
consideramos que los periódicos son actores políticos que convergen en la
sociedad con un interés por influir en la formación de la opinión pública. Esta
perspectiva, que no es originalmente nuestra, se suma a la visión de otros
autores, quienes asumen que la participación de los periódicos en la esfera
pública va más allá de simples medios de enunciación, es decir, son más que
edictos informativos redactados por un “alguien” anónimo y, en cambio,
advierten con sus mensajes de una agencia que les posibilita intervenir y no
sólo influir. Héctor Borrat (1989: 69), llama a los periódicos “actores del
sistema político” porque están puestos “en relaciones de conflicto con otros
actores, y [están] especializados en la producción y comunicación pública de
relatos y comentarios acerca de los conflictos existentes entre actores de ese
y otros sistemas políticos”. Mirta Kircher (2005: 116), va más allá y denota
que el periódico como actor político está inmerso en un campo periodístico
deudor de la modernidad, y por tanto, en el día a día “compromete la fuerza que
posee y define su posición dentro del campo” y no sólo actúa como mediador
entre la sociedad civil y el estado “sino que construye representaciones del
poder y la sociedad en cuyo interior opera”. En suma, como lo establece Claudio
Panella (2007: 13), el periódico es un actor político porque tiene una línea
política que le permite expresarse, identificarse y diferenciarse de otros
periódicos, a su vez, definir sus “inclusiones, exclusiones y jerarquizaciones
en la narración y comentario de la información brindada”.
Si el
periódico es un actor político que se encuentra inmerso en la esfera pública,
es, también, como lo afirma Habermas (1981), un participante más de las
tensiones para configurar la opinión pública. La pregunta que nos hacemos es ¿cómo
influye en la dinámica de formación de la opinión pública? y para el caso
expuesto ¿cómo el periódico Diario de
Risaralda defendió la ficción política y sociocultural del nuevo
Departamento de Risaralda? Lo primero que es fundamental señalar es que Diario de Risaralda fue constituido
exclusivamente para promover el proceso creacionista del Departamento de
Risaralda, por lo que su análisis historiográfico permite ver el “actor
político” en “acción política”, y lo segundo, es que se cumplieron en su funcionamiento
las condiciones que señala González (2010), para que el discurso periodístico
se convierta en discurso político, esto es, “Uno, el uso del uso del lenguaje;
dos, la confección de las páginas y tres, las estrategias argumentativas”
(González, 2010: 100).
Otro aspecto
propicio al debate es hasta qué punto la prensa orienta, modifica y transforma
la opinión pública. Al respecto, se deben advertir tres limitaciones: “Una
primera limitación radica en la dificultad metodológica para hacer estudios de
recepción; una segunda, en identificar quiénes exactamente se informaban a
través de la prensa; una tercera dificultad se encuentra en la imposibilidad de
establecer el número real de lectores en un contexto sociocultural en el que
seguían siendo muy altos los índices de analfabetismo” (Acevedo y Correa, 2016:
15); no obstante, la opinión pública se forma en medio de una tensión constante
en la que los diarios, vistos como “actores políticos”, intervienen, expresan,
proponen, legitiman y juzgan, a los procesos sociales.
Diario
de Risaralda empezó a circular el 4 de julio de 1966. Sus talleres se
ubicaron en la Carrera 8 No.16-22, justo donde antes había quedado el punto de
distribución del periódico El Occidente
de Cali.[8] Con
características modernas en lo periodístico y en lo tecnológico, su objetivo
principal fue “rendir informe a la ciudadanía acerca de la campaña por la
obtención de la libertad y la creación del departamento de Risaralda”.[9] El
periodista Silvio Girón Gaviria en su historia sobre el periodismo en Pereira,
refiere que “Diario de Risaralda se
creó para fortalecer la campaña por Risaralda en el periodo coyuntural para la
gestación y desarrollo de la idea de separarse de Manizales” (Girón, 1996:
152). Su fuente de financiación inicial fue la Junta Pro-Risaralda, sus
integrantes y las empresas e industrias de la ciudad que impulsaban la
separación.[10]
En el equipo
de periodistas que iniciaron Diario de
Risaralda se encuentran figuras prestigiosas del oficio en el ámbito
regional del Viejo Caldas. Su director fue Luis Guillermo Velázquez[11] y lo
acompañaron como periodistas Ovidio Rincón Peláez[12], Miguel
Álvarez de los Ríos,[13] Aldemar
Rojas Martínez,[14] Silvio
González Mora[15] y José León
Hernández[16].
Diario
de Risaralda fue un periódico atípico en relación a los otros diarios
que circulaban en la región. Si bien los demás periódicos como El Diario, El Imparcial, Pluma Libre,
La Patria, etc., hicieron de la
separación de Caldas y creación del Departamento de Risaralda, un tema
informativo de especial importancia en su agenda diaria, en el caso de Diario de Risaralda fue frontal en su
vinculación con la causa separatista. La editorial del segundo día de
circulación, el 5 de julio, muestra cómo la empresa periodística se “auto-representa”
o “auto-designa” como actor político inmerso en la campaña separatista. Con el
título de “El Occidente Respalda a Risaralda”, Luis Guillermo Velásquez se
inscribió en los temas que se tomaban la agenda informativa de Pereira y
Manizales, que en aquellos días discutían fuertemente si Risaralda, como un
nuevo departamento, era viable o no; asimismo, surgían con mucho ahínco, en
Manizales, los defensores de la Unidad Caldense (Soto, 2017: 33). Para
Velásquez, entonces, la creación del Departamento de Risaralda no admitía
enemigos públicos como Manizales, ni tan siquiera un debate regional como el
que proponía La Patria,[17] porque
Risaralda representaba la unidad de los pueblos del Occidente de Caldas; así:
La creación del departamento
de Risaralda, supera, en la entidad mental y económica que lo cifra, esa
concepción un poco ‘municipal y espesa’ que le han dado sus enemigos. Hemos
solicitado que el debate inexplicable, ya que debieron ser las gentes que atacan
al nuevo departamento sus propulsoras iniciales, se sostenga en un alto nivel.
No hay, para ser honestos en la expresión un solo enemigo real del departamento
de Risaralda. No se puede desconocer la unidad étnica, geográfica, social y de
comunicaciones que lo integra. Sirve a los municipios de eje fundamental el río
y el valle de su nombre. En Pereira se mueven sus negocios, sus compras y
ventas. Los pueblos han formado siempre un conjunto amable, regido por los
lazos de la amistad y el conocimiento. Si ahora reclaman la integración, en
unidad administrativa, de la que ha sido unidad real, apenas ajustan sus
intenciones a las necesidades de desarrollo colectivo, al crecimiento
demográfico, a la búsqueda de una mejor existencia a través de un mejor gobierno.[18]
Durante los primeros
días las páginas principales y las columnas de opinión denotaban la impronta
política del periódico y una filiación ideológica pro-risaraldense. Otra
particularidad de Diario de Risaralda
es que no fue un periódico partidista como El
Diario y El Imparcial, que tenían
una adscripción definida hacia el Partido Liberal o sus facciones, lo mismo que
La Patria con el Partido Conservador.
Aunque es válido señalar que el Diario de
Risaralda sí evidenció un apoyo irrestricto a las políticas del presidente
Carlos Lleras Restrepo, aunque buscara presentarse como “apartidista”, lo
cierto es que los intereses de la división eran política y partidistamente
localizados, por la fuerza simbólica e ideológica que tuvo la defensa de una
región con autonomía (López, 2011, Rodríguez y Arango, 1988).
Este carácter
abiertamente pro-risaraldense llevó a que los demás diarios locales no vieran
en Diario de Risaralda un competidor
por los lectores sino un periódico con un objetivo muy definido. Un gran número
de comunicados de felicitación por su aparición en la escena periodística
recibió durante su primer mes de funcionamiento. Uno de los pronunciamientos
destacados fue reproducido por Diario de
Risaralda en su edición del 5 de julio. Se trató del comunicado de Radio Centinela expresando el
beneplácito por la circulación de un periódico más que venía a nutrir la esfera
pública de Pereira y la región; asimismo,
exaltando que la aparición del periódico se daba en momentos cruciales
para la campaña de creación del Departamento de Risaralda. Media página fue
suficiente para que Radio Centinela
saludara el nuevo periódico y ahondara en elogios para su director y el nuevo
cuerpo de periodistas, en los siguientes términos:
La publicación de un nuevo
periódico cuando quiera y donde quiera es de vital significación para la vida
de una ciudad o de una comarca, tiene repercusiones necesariamente para quienes
estamos vinculados de largo tiempo atrás, diríamos de toda una vida, al
ejercicio del periodismo. Y la llegada de DIARIO DE RISARALDA a nuestra mesa
esta mañana, nos confirmó la apreciación porque si Pereira y la región de
Risaralda ganan en progreso, para nosotros constituye nuevo campo de acción en
la vida diaria por los ideales comunes. DIARIO DE RISARALDA aparece además en
momentos cruciales para la altiva provincia que busca ahora su independencia en
lid digna y justa. (…) Desde luego, la empresa en que se han comprometido sus
gestores de esta nueva publicación –afortunadamente adiestrados en las
actividades del periodismo profesional- representa la suma de grandes
esfuerzos. No es tarea cómoda ni fácil la que han emprendido Luis Guillermo
Velásquez y el grupo de sus colaboradores. (…) Su decisión de vincular su
periódico en la primera etapa de su labor a servir casi de manera exclusiva a
los intereses de la noble causa del Risaralda, es saludable y benéfica y la
ciudad debe entenderla como un aporte vital en la cruzada separatista (...).[19]
La aparición de Diario
de Risaralda dinamizó la opinión pública en Pereira.[20]
Los saludos también vinieron de la propia Junta Pro-Risaralda por intermedio
de Gonzalo Vallejo Restrepo (presidente)
y Alonso Valencia Arboleda (industrial). También se recibieron felicitaciones
de los programas radiales Reportaje a la
ciudad de Orlando Cataño Céspedes y
La Voz del Café. Otros de los actores que
se sumaron a esta serie de felicitaciones públicas fueron: Hipólito Hincapié,
Rolando Ocampo Marín, el reconocido periodista Néstor Cardona (CAN), las
directivas de UTRACAL-UTC, el presidente de la Sociedad de Mejoras Públicas,
Rafael Cuartas Gaviria. Estos saludos de medios de comunicación, líderes
políticos, integrantes de la propia Junta Pro-Risaralda y empresarios,
comprueba que la constitución del periódico fue muy bien recibida en la ciudad
y contó con el apoyo simbólico y financiero que necesitaba una nueva empresa
periodística.[21]
Estructura
y lenguaje de Diario de Risaralda
La principal diferencia
de Diario de Risaralda con los otros
periódicos de la época fue su dedicación exclusiva al tema de la separación
regional. En sus páginas se promocionó como un diario moderno con secciones de
política nacional y local; página judicial y deportiva; al final siempre
estaban los clasificados y la oferta de cines y teatros en la ciudad. Sin
embargo, estas secciones que podríamos decir eran las tradicionales de un
periódico moderno, ocupaban poco menos de la mitad del tiraje de Diario de Risaralda (6 ó 7 páginas). Las
restantes 8 ó 9 páginas se dedicaban a los pormenores de la campaña separatista
de Caldas y la creación del nuevo departamento. Las editoriales y los espacios
de opinión siempre estuvieron dedicados al itinerario del proyecto
risaraldense. La actividad política en los municipios, las disputas con
Manizales o los avances en la legislatura en el Congreso de la República, pero
día tras día, hubo suficiente información para cubrir más de la mitad del
tiraje del periódico. La estructura del Diario
de Risaralda refleja entonces una puesta en escena periodística que buscó
influir sobre los lectores para que tomaran una postura favorable ante la idea
de crear un nuevo departamento.
Como periódico promotor
de una movilización social y política de élite como lo fue la creación del
Departamento de Risaralda, Diario de Risaralda, tiene una característica más
que lo hace diferente frente a los periódicos tradicionales como lo fue tener
dos editoriales. En la parte superior de la página siempre estaba la editorial
de Luis Guillermo Velásquez y en la parte inferior se encontraba la editorial
de Ovidio Rincón Peláez. Por supuesto, son identificables algunos matices que
hacen diferentes las dos editoriales, y que de cierta forma, ayudan a entender
que tras de esta nueva casa periodística se encontraban dos personas de mucho
conocimiento sobre los debates vitales de aquella época.
La editorial
de Luis Guillermo Velásquez fue combativa e irrestricta en esgrimir argumentos
económicos, políticos, culturales, sociales, etc., para configurar al futuro
departamento como una entidad territorial viable. La editorial de Velásquez fue
escenario de continuas respuestas dirigidas hacia Manizales aunque de manera
especial a La Patria, el principal
vocero de la Unidad Caldense. Asimismo, Velásquez fue minucioso en ofrecer día
tras día análisis de coyuntura con respecto al trámite del proyecto de ley en
el Congreso de la República, cada uno de los debates en Cámara de
Representantes y Senado de la República, lo mismo que la visita de los
senadores encabezada por Darío Echandía a los municipios del Occidente de
Caldas.
Entre tanto,
al revisar las editoriales de Ovidio Rincón Peláez, si bien se advierte una
intencionalidad similar a la de Velásquez dado que también se ocupó de explicar
las ventajas que tenía la creación del Departamento de Risaralda, también le
dio cabida a reflexiones culturales, fragmentos de poesía, arte y literatura
regional. Rincón Peláez, además de ser un reconocido periodista, se destacó en
las letras regionales y sus editoriales dieron cuenta con profundidad que tenía
una visión estética de la contienda política, es decir, su lenguaje aunque
crítico siempre fue mucho más moderado y acotado.
En varias
ocasiones ambas editoriales plantearon diálogos intertextuales en ellas y con
los demás espacios de opinión. No siendo
esto una situación menor por cuanto es muestra de que desde Diario de Risaralda se planeó toda una
campaña de propaganda a favor de la autonomía política que se adquiría con el
Departamento de Risaralda. Además porque visibiliza los esfuerzos de
articulación entre los medios de comunicación y los integrantes de la Junta
Pro-Risaralda (Gil, 2015; Rodríguez, 2006).
La
preocupación de Diario de Risaralda
por intervenir en la opinión pública con un sentido favorable a las ambiciones
de la Junta Pro-Risaralda llevó a configurar una sincronía periodística entre
las partes del diario con lo cual se pudo emular una uniformidad discursiva. Se
debe tener presente que el país discutía temas de suma importancia como el
ordenamiento territorial establecido por el presidente Rafael Reyes a
principios del siglo XX, la descentralización administrativa que emergía como
una distribución más equitativa de los recursos en los municipios del país y se
discutía la creación de otros departamentos como Sucre y Cesar.[22] Razón por la
cual, aquellos periódicos que se encontraban adscritos a un grupo de poder con
intereses regionalistas y separatistas, caso Junta Pro-Risaralda, no podían
permitirse una apertura de posturas o dar cobertura a una diversidad de
elementos que no nutrieran el debate en relación con sus intereses editoriales.
De ahí se explica que el Diario de
Risaralda haya tenido una estrategia discursiva basada en una idea puntual:
la existencia de Risaralda como departamento es una solicitud histórica, cultural, legítima y legal.
Poco a poco
la región del Viejo Caldas empezó a tener una mayor tensión por cuenta del
proceso separatista. La creación del Departamento de Quindío y su puesta en
marcha les mostró a los líderes caldenses que existía un riesgo efectivo contra
la unidad regional. El periódico La
Patria asumió su tarea de trinchera de la Unidad Caldense a mediados de
1966, a partir de ese momento comenzó a publicar críticas contra los
integrantes de la Junta Pro-Risaralda para cuestionar su rol como abanderados
del proceso, pero de igual forma, propugnaba en contra de los principales
argumentos contemplados en el proyecto de departamento presentado al Congreso
de la República. Se reprodujeron las posturas de personajes como Silvio
Villegas, Fernando Londoño, José Restrepo Restrepo, además de los senadores
caldenses afines a la causa de la Unidad Departamental.
Se entiende
que en Pereira los dirigentes hayan buscado una plataforma para contrarrestar
el proceso de deslegitimación proveniente de Manizales. Los espacios de opinión
permitieron a sus autores desarrollar sus ideas sin limitaciones. Tal vez, en
este sentido, además de las editoriales, el espacio de opinión más contundente
y con mayor riqueza discursiva fue el que lideró, edición tras edición, día
tras día, Arturo Valencia Arboleda y que se tituló Arsenal.
Valencia
Arboleda, hizo de su espacio de opinión Arsenal
la trinchera en la parte baja de la atalaya (Diario de Risaralda). La metáfora
utilizada por Diario de Risaralda
para titular el espacio de opinión de Valencia Arboleda estuvo acorde con el
lenguaje político combativo que puso en que cada palabra, oración, o signo de
admiración. Hubo en el lenguaje político utilizado una milimétrica propia de
quien construye efectivamente un lugar desde donde responder a los ataques del
enemigo, visto en estos términos se puede decir que entre los líderes de
Pereira y Manizales configuraron un ambiente de amigo/enemigo en la dinámica
social y política de la región.
Conviene
revisar algunos casos en que Valencia Arboleda utilizó Arsenal como espacio de enfrentamiento con la Unidad Caldense de
Manizales. En la edición del viernes 2 de septiembre de 1966, el periódico La Patria publicó en su página principal
la noticia titulada “El presidente Lleras es enemigo de la proliferación de departamentos”.[23] Al día
siguiente, Valencia Arboleda utilizó su columna, para dar respuesta, en una
página completa, a La Patria,
culpándolos por sus continuas falsedades ante la opinión pública, tachando a su
director de “embustero” y solicitando al presidente su colaboración para crear
el departamento:
Dos
puntos para tratar: la incuestionable mala fe del periódico de Manizales,
demostrada con mucha constancia y tenacidad, toda vez que pone en boca del
señor presidente de la república palabras que no dijo, en absoluto… No es la
primera ocasión, ya lo anotamos, que La Patria falta a la verdad, tergiversa
los hechos, miente sencillamente, hace hablar mal a discretos, pone ideas de
salvación en boca de bellacos, etc…. El director de ese periódico desorienta al
lector, embauca al público y es embustero sobre toda consideración… Hace un año
que La Patria de Manizales trae siempre una grave mentira y tres o cuatro
falsedades comunes por edición… El señor presidente habrá de comprender: somos
una sección del país sojuzgada y tratada con vilipendio, explotada y dejada
exhausta por un sistema sin piedad.[24]
En otra ocasión, cuando
los parlamentarios de Caldas estaban en un ciclo de reuniones con el presidente
Lleras Restrepo para buscar una solución al problema regional, Arturo Valencia
se refirió a la columna de Silvio Villegas publicada en La Patria el 11 de septiembre en la cual explicaba los problemas de
las nuevas divisiones administrativas. Para el líder de Pereira la columna de
Villegas era la muestra de que los diarios no se tomaban con seriedad y
objetividad el problema de los departamentos, y más bien, lo hacían con tintes
políticos y regionalistas. Al finalizar su columna, Valencia Arboleda finalizó
señalando que “a lo mejor en Caldas haya más interés monetario por retenernos
que amargura porque podamos caer en un vertiginoso desfiladero”; afirmación que
le sirvió al autor para simplificar la discusión de Villegas en La Patria a un problema de interés
económico de los caldenses.[25]
En el mes de
Octubre de 1966 fue aprobado el proyecto de Risaralda por el Senado de la
República. De esto dio noticia y celebración el Diario de Risaralda. A pesar de la celebración por el primer
triunfo legislativo, la noticia vino acompañada de una novedad en la
conformación del territorio que dejó por fuera a los municipios de Belalcázar,
Viterbo y Risaralda. Valencia Arboleda, aprovechó su espacio para explicar las
razones por las cuales estos territorios habían quedado excluidos del proyecto
departamental y para ello culpó a los líderes locales, de la siguiente manera:
Encuentro más o menos
razonable y lógico que la población de Risaralda pertenezca a Caldas aunque sea
la que más necesita de los propósitos del nuevo departamento. Se la ha
mantenido en una miseria brutal y seguirá así por culpa del señor doctor
contralor Jorge Giraldo Montoya. Dicho profesional orientó a su pueblo para que
permaneciera de rodillas y besara el pie del amo y el látigo. Los otros tres
municipios fueron a dar a Caldas víctimas del terror. Les instalaron la
pajarería para que actuara en medio de sus sociedades dignísimas y no era cuestión
de entregar la vida propia o la de los hijos en aras de este ideal. Belalcázar
no olvide lo que aconteció por obra del señor Naranjo, cuyo nombre se me
escapa, Viterbo sepa eternamente que seguirá como hasta ahora, y viendo lo que
verá alrededor, por voluntad de la señora Teresa de Arcila. La juventud de
estos municipios comience a retener esos nombres. Quienes son arrebatados a
esta empresa sin voluntad y sin la nuestra sepan que vamos a gravar sus nombres
en un sitio que no roce con el tiempo ni lo toque el olvido.[26]
Diario
de Risaralda tuvo otro espacio de opinión permanente llamado Comentando en el que escribía el
periodista Fernando López Salazar con un lenguaje más mesurado y propio al
análisis político y del desarrollo regional. Es decir que se sumaba a los
esfuerzos por legitimar la idea del nuevo departamento poniendo el énfasis
sobre argumentos técnicos acordes con el debate nacional que se vivía acerca de
la centralización/descentralización (López y Correa, 2012: 190). La primera
columna de opinión de López Salazar fue el 8 de julio y en ella presentó un
análisis de las situaciones privilegiadas que estaba viviendo Pereira debido a
la constitución de la Corporación Financiera de Occidente, la creación del
Departamento de Risaralda (en proceso) y, por último, la aparición de un nuevo
periódico como Diario de Risaralda. A
este último lo denominó como una “tribuna del pensamiento en la que esperamos
ver la opinión ciudadana”.[27]
López
Salazar, en Comentando también se
refirió a la idoneidad de la Junta Pro-Risaralda, en especial, durante el mes
de septiembre, cuando empezó a circular ante la opinión pública la idea de que
los representantes políticos estarían negociando en Bogotá la conformación
territorial del futuro departamento piloto. En la columna del 7 de septiembre
de 1966, López Salazar, expresó su confianza en “La Junta del Departamento de
Risaralda” porque “tiene en su seno verdaderos valores ciudadanos de intachable
honestidad, quienes sienten las mismas inquietudes que el pueblo de esta región
y tienen los mimos anhelos”, más adelante, López defendió la labor de los
representantes ante el gobierno nacional.[28]
Diario de Risaralda fue también el lugar
para que otros destacados personajes del campo cultural de la ciudad de Pereira
publicaran sus opiniones sobre la actualidad, incluso a veces sobre temas que
se desviaban de la coyuntura de la fragmentación regional, como por ejemplo el
poeta Luis Fernando Mejía con sus versos, unas veces, y sus reseñas, otras
tantas.
La
voz del occidente de Caldas: Risaralda y
sus municipios
El análisis detenido del
comportamiento de los periódicos locales durante la campaña separatista permite
entender que cada uno de ellos tuvo su manera particular de promocionar lo que
sería el nuevo departamento. Ello incluía, como lo vimos en el apartado
anterior, los espacios de opinión. Sin embargo, Diario de Risaralda propuso una forma estratégica de vincular su
acción informativa con los objetivos más relevantes de la Junta Pro-Risaralda y
esto lo hizo con un espacio que denominó Risaralda
y sus municipios.
Esta sección
comúnmente ubicada entre las páginas 6 y 7, fue durante toda la campaña
separatista un esfuerzo por mostrar que entre los municipios del Occidente de
Caldas y la ciudad de Pereira, existían unos vínculos históricos, y asimismo,
que la futura capital siempre estaba pendiente de las necesidades que cada uno
de estos pueblos tenían. Es por eso, que en la página completa se encontraban
noticias de cada uno de los corresponsales que Diario de Risaralda tenía en los diferentes municipios. Se buscaba
informar de las diferentes actividades que cada uno de los comités pro
Risaralda estaba desarrollando. Este espacio posibilitó hacer denuncias sobre
el proceder de los delegados de la Unidad Caldense, los paros cívicos, las
manifestaciones de violencia, entre otros aspectos que de manera indirecta
construían una nueva relación de dependencia entre la periferia y el futuro
centro departamental: Pereira.
Por eso se
construyó la sesión diaria Risaralda y
sus municipios que a nivel de periodismo moderno implicó tener
corresponsales en muchos de los pueblos. El objetivo puntual que se tuvo fue el
de visibilizar que entre Pereira y los municipios existía una relación de
interdependencia y vecindad construida desde muchos años atrás y no coyuntural
como se decía desde algunos sectores de la Unidad Caldense. Para hacerlo se
exponían las múltiples necesidades y problemáticas que se tenían en cada
municipio para fortalecer la idea de Manizales como una ciudad capital ausente,
despreocupada y limitante.
Los temas con
los municipios también pasaron por algunas expresiones de violencia que se
registraron contra los líderes de la Junta Central estaban haciendo sus
recorridos por los pueblos. Esto ocurrió en aquellos momentos de mayor
efervescencia donde los municipios eran escenario para las visitas de
dirigentes desde Pereira y Manizales que trataban de ratificar o retractar la
voluntad de los concejales, o de los comisionados del Congreso de la República
para indagar la situación en las localidades.
Las caricaturas
políticas de la prensa periódica permiten “seguir el curso de los
acontecimientos, tomarle el pulso a las tensiones políticas, penetrar en las
dinámicas de los equilibrios de poder, descubrir los asuntos que estaban en el lugar
central y los personajes que ocupaban papeles estelares en un lugar y momento
determinados” (Gantus, 2010: 4). En el caso de Diario de Risaralda, la caricatura política fue otra de las
estrategias utilizadas para convertir su discurso periodístico en discurso
político y promocionar la importancia y la expectativa ciudadana alrededor de
la creación del nuevo departamento. El lenguaje político que usa la caricatura,
cargado de humor y sátira, permitió mantener la expectativa frente a la campaña
regional por la autonomía.
El dibujante
y caricaturista Luis Omar Vélez Osorio fue quien a partir del 06 de Octubre de
1966 se encargó de graficar las noticias más trascendentales y, especialmente
positivas, que ocurrieron con relación a la creación del Departamento de
Risaralda. Luis Omar Vélez, según el propio Diario
de Risaralda, había trabajado como profesor de arte en la UNESCO y en el
Servicio Latinoamericano de Información Industrial, además de ser publicista en
varias agencias y participar en numerosas revistas con sus tiras cómicas.
Luis Omar
Vélez, con su seudónimo de ¡LOVO!,
siempre utilizó como arquetipo a un niño que expresaba con comportamientos
propios de la infancia las emociones despertadas por los sucesos políticos, con
particulares énfasis aquellos que acontecieron durante las discusiones en
Cámara de Representantes y Senado de la República del proyecto de ley que
crearía el departamento No. 21 de Colombia. ¡LOVO!
algunas veces estaba acompañado de elementos escolares en los que el
caricaturista trazaba su mensaje, y en otras ocasiones, utilizaba su
corporalidad de infante con saltos o movimientos de alegría que representaban
la felicidad o la libertad.
Como lo
muestra la figura 3 muchas caricaturas hicieron referencia a procesos que
estaban ocurriendo dentro de la campaña separatista. La figura 3 se refiere a
los momentos en que la Unidad Caldense enviaba delegados a los municipios del
Occidente para revertir el apoyo que los concejales habían dado al proyecto de
ley para crear el Departamento de Risaralda. Las caricaturas de ¡LOVO! buscaron representar la alegría
ciudadana por la aprobación parcial del nuevo departamento que tuvo lugar el 26
de octubre. Varios días dedicó ¡LOVO!
a mostrar a los habitantes de la ciudad expresando su felicidad por el nuevo
logro y a los parlamentarios que habían defendido el proyecto de ley en el
Congreso de la República se les promocionó como “héroes” de la nueva región,
del Departamento Piloto.
El nivel
icónico se torna más intenso al observar que el Bolívar Desnudo de Arenas
Betancourt, cabalga triunfante sobre el caballo con su brazo extendido como si
se tratará de una antorcha encendida por el fuego de la victoria lleva el mapa
de Risaralda. El Bolívar Desnudo sobre su caballo se representa nuevamente como
el libertador que rompe las cadenas que tenía “esclavizados” a los 13
municipios que comenzaban a formar el nuevo departamento. Es una caricatura que
constituye en sí misma un acto gráfico con el que se selló la construcción de
una nueva región, creada políticamente pero a la que obligatoriamente tocaba
revestir con sentidos de identidad.
Diario de Risaralda desplegó una amplia
gama de lenguajes y discursos con el propósito de construir una nueva comunidad
regional, lo cual también se ubica en los discursos que relacionan de alguna
forma el nacionalismo con el regionalismo, advirtiendo que este tipo
comunidades se construyen a partir de la unificación de las personas mediante
ideas, sentimientos, símbolos, que aunque parecen inocentes son profundos
porque logran movilizar y despertar el interés colectivo. El periódico hizo
extensiva una red de afinidades emocionales de comunidades de origen, historias
y metas comunes.
La caricatura política de ¡LOVO! en Diario de Risaralda permite establecer cómo el discurso periodístico apeló durante reiteradas veces a las emociones de los habitantes de Pereira. Fueron múltiples las ocasiones en que ¡LOVO! acudió a los referentes simbólicos de la historia de Pereira para ponerlos en escena, algunos de ellos fueron el Bolívar Desnudo como lo muestra la figura 4, el Ferrocarril de Caldas, el Aeropuerto Matecaña, la Villa Olímpica y la Universidad Tecnológica de Pereira, etc. Todos ellos son considerados símbolos del llamado Civismo pereirano que emergió con fuerza durante los años veinte y tuvo su punto álgido en los treinta y cuarenta con el liderazgo de la Sociedad de Mejoras Públicas de la ciudad (Correa, 2015).
Publicidad y distribuciónPor más loable que sea
el propósito de una empresa periodística requerirá siempre contar con un buen
presupuesto que le permita tener sus propios talleres de impresión, pagar los
periodistas y corresponsales, dinamizar los puntos de venta, entre otros costos
que son inherentes a una empresa de la comunicación. La pauta publicitaria, los
abonados o suscriptores y los vínculos con el poder político (subvenciones de
gobiernos) han sido durante mucho tiempo las principales formas de financiación
de la prensa.
La pauta
publicitaria es aquella que realizan las entidades comerciales, públicas y
privadas o las personas naturales con el objetivo de ofrecer un producto o
servicio, durante el siglo XX colombiano estuvo sometida a los avatares propios
de la filiación ideológica del periódico puesta en relación con los intereses
políticos de los dueños o gerentes de las empresas que pautan. Contar con un
número importante de abonados o suscriptores se ha constituido en una de las
principales tareas de los periódicos. Es común leer en sus propias páginas
llamados de atención para que los lectores afines a las causas que defiende el
periódico demuestren su apoyo con la suscripción, otorgando de esta manera
margen de autonomía económica a la labor periodística (Acevedo y Correa, 2016:
311).
Con respecto
a Diario de Risaralda son notables
los esfuerzos por aumentar la pauta y los suscriptores. En el nivel de la pauta
publicitaria el periódico contó desde un comienzo con el respaldo de
importantes actores de la actividad pública, política y comercial, de Pereira.
Entre ellos, el comerciante José Carlos Ángel, el político y abogado Jaime
Salazar Robledo, y los abogados y empresarios Alonso y Arturo Valencia
Arboleda. Como es de suponerse, Ángel, Salazar y los hermanos Valencia Arboleda,
propietarios de la firma de vestidos Valher, estuvieron vinculados a la Junta
Pro-Risaralda. Así lo muestra la Tabla 1:
Persona
o empresa |
Actividad |
Páginas |
José Carlos Ángel |
Mercancías en general.
Agencias como Tejicóndor, Pepalía, Ropalfa, Fátelares Telas, Vanitex-Miratex,
y Camisas don Felix. |
1 |
Dr. Jaime Salazar Robledo. |
Negocios Penales, civiles
(sucesiones y ejecutivos). |
1 |
Guillermo Arango V. |
Almacén de repuestos para
motores en todas las marcas. |
4,5 |
Fabio Arango Ruíz |
Almacén de todos los tipos
de acero |
4,5 |
Teatro Nápoles |
Cine |
4,5 |
Teatro Karka |
Cine y teatro |
6,7 |
Casa Alemana Ltda. |
Venta de planta eléctrica y
motores de gasolina. |
3 |
La Gacela |
Almacén de calzado |
3 |
Calzado Brioni. |
Almacén de calzado |
4. |
Valencia A. Hermanos |
Asistencia jurídica de los
hermanos Valencia Arboleda. |
5,7 |
Dr. Cesar Mejía. |
Odontólogo de la Universidad
Javeriana. |
10 |
Cenadero La Gran Ventana |
Restaurante 24 horas. |
10 |
Banco Cafetero |
Entidad financiera |
3, 5,6, 9 |
Almacén Antonio J. Muñoz M. |
Mercancía en general. |
12, 13 |
Taller Estación – Abel Arias |
Puertas y ventanas. |
15 |
Everlene y Everfit |
Trajes ejecutivos |
11 |
Compañía colombiana de
Tabaco. |
Marcas de cigarrillos:
Orosol, El dorado, Andino, Imperial. |
Completa |
Cervecería Bavaria |
Cervezas Poker y Club
Colombia |
Completa |
Fábrica de licores de Caldas |
Ron viejo de Caldas |
Completa |
Empresa COLTEJER. |
Empresa tejidos. |
Completa |
Almacén Bremen |
Aceites de linaza y
disolventes |
6, 7 |
Dr. Guillermo Giraldo
Arango. |
Médico cirujano de la
Universidad Nacional. |
8 |
El apoyo económico para
que Diario de Risaralda continuara
con su labor de hacer propaganda en favor del nuevo Departamento de Risaralda,
no sólo provino de personalidades locales, también de importantes empresas
antioqueñas de la época que tenían sedes en Pereira, como la Compañía
Colombiana de Tabacos y Coltejer. El aumento de los suscriptores y de la
cobertura de distribución fue una preocupación constante del administrador de
Diario de Risaralda, el periodista José León Hernández. En la edición del 5 de
julio de 1966 que corresponde al número 2, ya se incluía una nota que refería
la importancia de recibir apoyo económico para este nuevo proyecto
periodístico, aquel día se dijo que Diario
de Risaralda representaba los más nobles intereses del proceso de creación
departamental y, que por ende, suscribirse repercutiría en todo el proyecto
risaraldense.
La Junta
Pro-Risaralda y su líder principal Gonzalo Vallejo Restrepo apoyaban al nuevo
diario. Pero de todas formas fue una constante en toda la campaña por la
fragmentación que se quisieran validar las acciones con un manto de
participación y aclamación popular. En suma, el artificio discursivo fue el
siguiente: Quien apoya a Risaralda apoya al Diario
de Risaralda porque este es el principal vocero del nuevo departamento.
Pero este
tipo de llamados a la ciudadanía para apoyar causas políticas a través de la
financiación del periódico no era nuevo en la ciudad, ya había ocurrido así
durante los años treinta cuando desde El
Diario se presionaba a la población para que se vinculara con el impreso y
de esta forma contribuyera en la formación de una ciudad cada vez más culta.
Aunque estas empresas periodísticas no podían quedarse a la espera de que los
lectores se decidieran a comprar su propio periódico para poder leerlo, además
porque en aquellos años era común que en los cafés y parques varias personas
leyeran, o mejor escucharan de la lectura de un solo ejemplar (Acevedo y
Correa, 2013; 2014).
Era una
oportunidad que se podía aprovechar para aumentar los lectores: El tema central
del periódico, la creación del Departamento de Risaralda. El nuevo departamento
que tendría por capital a Pereira, las personas en otras ciudades vinculadas
con el Occidente de Caldas pero que ya se llamarían Risaraldenses en Cali o Colonia
de Risaralda en Bogotá, para poner un ejemplo. Al registrar las páginas del
periódico se nota que tuvo distribución en Cali, Medellín, Ibagué y Bogotá. En
estas ciudades se contaba con varios lugares de venta. De tras de esta
ampliación del campo de acción del diario también estaba un propósito
informativo que acercara a los pobladores de otros lugares con el nuevo
departamento para comenzar a forjar en ellos un sentimiento positivo a favor de
la idea separatista o unos incipientes rasgos de identidad.
Conclusiones
El Diario de Risaralda fue fundado para movilizar las ideas en favor
de la creación del Departamento de Risaralda. Se trató de un diario “joven, moderno e informativo”, como se
decía en sus propias páginas, que contó con el servicio de impresión offset y
que puso en circulación mensajes con contenido histórico, cultural, político,
científico y legislativo para defender la importancia y validez de crear un
nuevo departamento. Hemos mostrado como además de informar los acontecimientos,
logró tomar partido en la esfera pública, convirtiendo su acción en un
componente determinante de la campaña por la autonomía regional.
El lenguaje
político estuvo cargado de apreciaciones históricas, económicas y culturales
que intentaron establecer diferencias entre Pereira y Manizales. Las páginas
fueron confeccionadas pensando en promocionar la idea de una nueva comunidad
regional, copadas por titulares donde la palabra “Risaralda” tenía mayores dimensiones
y las de “Manizales y Caldas” eran más pequeñas; con pies de página que
hablaban de “independencia y libertad”. Al final, esto permitió desarrollar una
estrategia argumentativa en donde la creación del Departamento de Risaralda se
vio como la única salida que tenía la ciudadanía para encontrar mayor progreso
tanto en Pereira como en los demás municipios del Occidente de Caldas.
El periódico
fue un actor más que se sumó a la Junta Pro-Risaralda, contó con la
financiación necesaria para combatir contra las ideas del periódico de
Manizales, La Patria. Además tuvo
corresponsales en los municipios que integraron el nuevo Departamento de
Risaralda. Su acción política y discursiva, su estructura y circulación, se
comprometió en legitimar tanto a los líderes políticos y empresariales que
promovieron el nuevo departamento como a la idea misma.
Al rescatar
la participación de Diario de Risaralda
como parte de la historia de este proceso regional se pone de presente la
importancia de observar los medios de comunicación con un lente crítico que les
otorgue más que una posición de medios de difusión, como si su papel en
realidad fuera objetivo y neutral, cuando por el contrario, su participación en
la esfera pública está condicionada por el interés político de sus propietarios
y también de sus periodistas pero además por las características del mercado.
De la misma forma, para el caso regional, Diario
de Risaralda, es una nueva fuente que hasta el momento no ha sido utilizada
para ninguna investigación pero que cuenta con una riqueza especial en lo que
atañe la mirada al proceso de fragmentación regional del Viejo Caldas y la
creación del Departamento de Risaralda, del que dio cuenta en su
totalidad.
Esta
investigación además sirve de pretexto para escudriñar las relaciones entre el
poder político y la prensa regional. Es claro que la prensa debe ser estudiada
tomando en cuenta las particularidades regionales, no cayendo en
generalizaciones de la prensa nacional, ni considerando que los procesos
políticos regionales marcan las relaciones prensa y poder de la misma forma que
los nacionales.
Como todo
estudio tiene limitaciones y en este caso se constituyen como una posible
agenda de investigación para profundizar en el conocimiento de la historia de
la prensa regional, de la historia del poder político y sus vínculos con los
medios de comunicación. Quedan temas pendientes como el análisis de la
circulación de la prensa, ámbito que sigue siendo esquivo para la
historiografía en gran medida porque se utiliza la prensa de periodos
anteriores en los que se hace complicado tener registros sobre la recepción y
los niveles de consumo de la prensa como un bien cultural, educativo y de
prestigio.
Por supuesto,
en el nivel teórico y metodológico también debe haber una especialización hacía
las teorías de la comunicación, modelos analíticos como los marcos de análisis
(frame analysis), por ejemplo,
permiten entender que dentro de un proceso histórico existen varios momentos
informativos en los que el diario tiene intencionalidades particulares, a
saber, mostrar un problema, ofrecer una solución y legitimar la decisión. De la
misma forma, se debe profundizar más en las características del público
escritor: quiénes eran, su formación académica, su filiación política; y, del
público lector: niveles de alfabetismo y analfabetismo en la ciudad, estratos
socioeconómicos, etc. Enfoques y problemas que hacen parte del largo proceso de
construcción de la historiografía de la prensa, ya no sólo en Colombia sino
también en Iberoamérica.
Fuentes
consultadas
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Pereira: Gráficas Metropolitana.
[1] Universidad
Autónoma de Sinaloa, México. Correo electrónico: andersonpaulgp@gmail.com
[2] Universidad
Tecnológica de Pereira, Colombia. Correo electrónico: jjcorrea@utp.edu.co
Fecha de recepción: 29/01/2018. Aceptado:27/04/2018
[3] Artículo de
investigación. El presente artículo surge del trabajo de grado titulado Prensa y movilización en la creación del
Risaralda: Análisis histórico desde el periódico Diario de Risaralda
(1966-1967) para optar al título de Licenciado en Etnoeducación y
Desarrollo Comunitario en 2015, a su
vez, el proyecto se desarrolló en el marco de la investigación Descentralización, clientelismo y
estabilidad política en Risaralda (1965-1985) financiada por la
Vicerrectoría de Investigación, Innovación y Extensión de la Universidad
Tecnológica de Pereira, en la convocatoria del año 2015-2016.
[4] Programa
radial Cantando historias No. 245,
2010. Edison Marulanda Peña (director), en la Emisora Remigio Antonio Cañarte (RCA) del Instituto Municipal de
Cultura y Fomento al Turismo de Pereira, Risaralda. Es un fragmento del
noticiero Reportaje a la ciudad
conducido por Orlando Cataño Céspedes durante los sesentas y setentas en
Pereira que corresponde a la emisión del primero de febrero de 1967 y
representa el nivel de importancia que tuvo el acontecimiento de la creación
del Departamento de Risaralda en los medios de comunicación.
[5] “Historia y
creación del departamento de Risaralda”, La
Crónica del Quindío [Armenia] 25
de julio de 2009. http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-historia_y_creacion_del_departamento_del_quindio-seccion-descubralo-nota-1266.htm
[6] En
investigaciones recientes se comienza a constituir lo que podría ser un tercer
enfoque historiográfico, que no se preocupa solamente por el proceso de
creación del Departamento de Risaralda, sino que ahora busca comprender cómo
fueron sus primeros años de funcionamiento, cómo se institucionalizó la nueva
entidad político – administrativa y qué dinámicas de clientelismo y estabilidad
política se presentaron (Correa, Gil y López, 2016, 2018).
[7] Celia del
Palacio ha señalado en muchos de sus trabajos que hay
una diferencia entre historia desde o con la prensa e historia de la prensa.
En
la primera, los periódicos son utilizados como fuentes de información, y en la
segunda, son vistos como objetos, empresas periodísticas que están inmersas en
un sistema político, comunicativo y, también, de negocios. En tal sentido,
consideramos que en ciertos casos se traslapan las dos perspectivas analíticas
y que por lo tanto no son excluyentes, como por ejemplo se verá en el
desarrollo de este artículo en lo que refiere a ubicar a Diario de Risaralda como fuente para entender el proceso
separatista de una región pero, paso previo, el análisis como objeto, es decir,
quiénes y por qué los crearon, cómo se estructuró, cuanto tiempo circuló, etc.
[8] Su archivo
administrativo no se preservó y de ahí que no sea posible acceder a otros
detalles de la relación que estableció el Diario
de Risaralda con los demás medios de comunicación, actores políticos y
empresariales, y ciudadanía en general. Este aspecto, como lo han señalado los
estudios de las empresas periodísticas es vital para comprender el ciclo
administrativo de los diarios.
[9] Luis
Guillermo Velásquez, “Para qué nacemos. Editorial”, Diario de Risaralda [Pereira] 4, jul. de 1966: 3.
[10] Más
adelante señalamos las principales empresas y actores que pautaron con el
periódico y que coinciden con los integrantes de la Junta Pro-Risaralda y otros
líderes cívicos, económicos y políticos de la ciudad.
[11] Periodista
quindiano, director y colaborador de varios periódicos. Durante la circulación
de El Diario de Risaralda también
dirigía en Armenia El Diario Económico
en el que se difundieron análisis de los sectores financiero, comercial e
industrial de la región.
[12] Fue un
periodista de temas culturales debido a su profesión de poeta e historiador;
nació en Anserma (Caldas) en 1915 y falleció en Bogotá en 1996. Fue colaborador de los diarios La Patria de Manizales, El
Colombiano, La Defensa, El Pueblo, El
Siglo, La República, entre otros.
También participó en los programas La voz
de Caldas y Radio Sucesos de RCN.
Como historiador su trabajo más importante fue Risaralda. La Aldea y su historia. Manizales: Imprenta
departamental, 1988. “Ovidio Rincón Peláez, poeta de Aldea”, El Diario del Otún [Pereira] 9, nov. de
2014. http://eldiario.com.co/seccion/CULTURA/ovidio-rinc-n-pel-ez-poeta-de-la-aldea1411.html; José Miguel Álzate, q, “Centenario del Maestro Ovidio Rincón”, Portal
digital Eje 21 [Manizales], jul. de 2015. http://www.eje21.com.co/2015/07/centenario-del-maestro-ovidio-rincon/
[13] Periodista,
escritor e intelectual pereirano nacido en 1935. Fue periodista del periódico El Diario al lado de don Emilio Correa
Uribe, además fue colaborador de otros diarios como El Tiempo, El Espectador, La Patria, El País, El Pueblo, El Imparcial,
La Tarde y El Diario del Otún (Vélez,
2008: 31).
[14] Periodista
de prensa y radio en Armenia y Pereira. Falleció en esta última ciudad mientras
dirigía el programa Musicales del
Recuerdo. (Vélez, 2008: 131).
[15] Periodista
deportivo y director del periódico La
Opinión en Pereira. Además colaborador de los diarios La Patria, El Espectador y La
Tarde, asimismo de los programas radiales La Razón deportiva en la emisora Ecos del Risaralda. Cofundador de la Organización de Periodistas
del Risaralda (PRI), (Vélez, 2008: 53).
[16] Periodista
de prensa en Armenia, Pereira y Cartago. Nació y falleció en Montenegro
(Quindío), (Vélez, 2008: 123).
[17] El diario La Patria de Manizales fue el principal
opositor a la creación del Departamento de Risaralda, en especial porque
representaba los intereses de los políticos caldenses que buscaban garantizar
la unidad político-administrativa.
[18] Luis
Guillermo Velásquez, “El Occidente respalda a Risaralda. Editorial”, Diario de Risaralda [Pereira] 5, jul. de
1966: 4.
[19] “Saludo a
Diario de Risaralda”, Diario de Risaralda
[Pereira] 5, jul. de 1966: 5.
[20]
Consideramos que la dinamizó en el sentido que se sumó como actor político con
capacidad de poner a circular mediante sus páginas periodísticas ideas en favor
de la causa separatista.
[21] Estos
saludos se pueden apreciar en las ediciones del 4 al 10 de julio de 1966 con
alta intensidad.
[22] En el mismo
periodo se crearon otros departamentos Chocó
en 1947, Córdoba
en 1951, La Guajira
en 1964, Quindío en 1965.
[23] “El
presidente Lleras es enemigo de la proliferación de departamentos” La Patria [Manizales] 2, sept. de 1966:
1.
[24] Arturo
Valencia Arboleda, “Otra mentira. Arsenal”, Diario
de Risaralda [Pereira] 3, sept. de 1966: 2.
[25] Arturo
Valencia Arboleda, “El vertiginoso desfiladero. Arsenal”, Diario de Risaralda [Pereira], 13, sept. de 1966: 2.
[26] Arturo
Valencia Arboleda, “Un paso más. Arsenal”, Diario
de Risaralda [Pereira] 6, oct. de
1966: 2.
[27] Fernando
López Salazar, “En Este Rincón. Comentando”, Diario de Risaralda [Pereira] 8, jul. de 1966: 5.
[28] Fernando
López Salazar, “Junta de Risaralda. Comentando”, Diario de Risaralda [Pereira] 7, sept. de 1966: 5.