Presentación: sobre las aguas turbulentas

Elissa Rashkin[1]

 

Una niña se embarcó

en un barquito francés…

El contramaestre le dice,

pon cuidado con los pies

pues luego hasta maldices

el lumbre que no la ves.

La candela, son jarocho

 

¿Quién hubiera dicho, cuando subimos al barco 2020, que el viaje iba a ser tan largo y accidentado? ¿Quién hubiera previsto el número de marineros y marineras que iban a quedarse en el camino; o que íbamos a navegar, si acaso, por insólitas aguas virtuales; que andaríamos con todas las precauciones para evitar el naufragio viral? Sin duda ha sido una travesía complicada, aún sin llegada segura en el momento de escribir estas líneas. Pon cuidado con los pies, dice el contramaestre, y cada quien piensa lo que plazca de los buenos consejos; lo seguro es que seguimos, quienes hacemos esta revista de modo colectivo, no sólo con ánimos sino con la necesidad de seguir colaborando, editando y publicando, de remar y remar…

            Este número de Balajú muestra, en la diversidad de sus contenidos, algunas de las vastas posibilidades de los estudios de la cultura y la comunicación en México. Por un lado, Beatriz Bastarrica Mora, en “La naturaleza domesticada como atributo del personaje en el retrato novohispano”, explora un género pictórico del siglo XVIII para mostrar cómo el retrato, como la construcción de una imagen particular del sujeto ante la sociedad que les rodea, aborda el paisaje como elemento de dicha construcción. Plasmado en el cuadro como fondo o bien como parte del vestuario de los personajes, la “naturaleza” se convierte en un adorno que subraya la condición social que se proyecta en la pintura.

Por otro lado, el análisis que hace David Dalton del cuento de ciencia ficción Ruido gris de Pepe Rojo nos pinta un futuro, cada vez más parecido al presente, donde la relación entre humanos y tecnología deviene en la proliferación de cuerpos ciborg. La figura que plantea Dalton del “robo sacer”, ejemplificado por el “reportero ocular” del cuento quien puede prescindir de la cámara externa al tenerla implantada en su propio ojo, sugiere que la tecnificación de la humanidad implica el sacrificio corporal ante la necesidad neoliberal de maximizar la productividad, sin ofrecer vías de resistencia. En este sentido, la “domesticación de la naturaleza” analizada por Bastarrica en el periodo virreinal se extiende hacia un presente/futuro “desnaturalizado” por las exigencias de un capitalismo no menos voraz que en los tiempos de la abierta dominación colonial.

Como elemento especial del número, incluimos un dossier sobre el lugar que nos acobija, la Casa Matus, que presentamos en un texto aparte. Siendo un primer acercamiento al tema, lo ofrecemos como invitación a explorar las historias culturales, familiares y arquitectónicas de los entornos físicos que adquieren nuevos significados en los tiempos de encierre y vida virtual. En el dossier también se destaca la fotografía como elemento clave para la historia, ya que nos permite adentrarnos en la materialidad de otros contextos, así como en sus propias representaciones de lo propio y lo ajeno. Finalmente, las dos reseñas abren puertas sobre el asunto apremiante y multidimensional de la migración y la construcción de imaginarios sociales a través de las industrias culturales.

 

 

 



[1] Universidad Veracruzana, México, erashkin@uv.mx